Congreso de la CDMX pide programas de protección civil para unidades habitacionales
La Comisión Permanente del Congreso de la Ciudad de México exhortó a la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil, a las 16 alcaldías y a los institutos de Verificación Administrativa (Invea) y para la Seguridad de las Construcciones a realizar de manera urgente la actualización de los programas internos de protección civil en las unidades habitacionales.
Lo anterior, con el propósito de evitar hechos como el que ocurrió el lunes pasado en la colonia Acacias, alcaldía Benito Juárez, en donde hubo una explosión en un inmueble por acumulación de gas.
La propuesta de la legisladora, Guadalupe Chavira de la Rosa señala que esta petición está basada en que “es necesario evitar desgracias, como la de Avenida Coyoacán 1909, donde falleció una persona y 26 más resultaron gravemente heridas”.
Refirió que aunque las autoridades ya planean realizar la acción solicitada, es necesario que el órgano legislativo también exhorte a las autoridades “para no echar en saco roto” los accidentes en los hogares.
Recordó que derivado del sismo del 19 de septiembre de 2017, que afectó gran parte de la Ciudad de México, algunos inmuebles colapsaron y otros quedaron dañados estructuralmente, y pese a los esfuerzos del gobierno de la ciudad, la ciudadanía y organizaciones de la sociedad civil, aún no han logrado resolver la situación.
Explicó que de acuerdo al Comité de las Naciones Unidas de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, para que una vivienda sea adecuada, debe reunir mínimo siete criterios, tales como: seguridad jurídica, que es vivir en un sitio sin miedo a ser desalojados o a recibir amenazas indebidas o inesperadas.
Además de acceso a servicios, bienes públicos e infraestructura, como energía eléctrica, saneamiento y recogida de basura; acceso a bienes ambientales, como tierra y agua, y a un medio ambiente equilibrado; vivienda a un precio accesible o con subsidios o financiaciones que garanticen costes compatibles con los niveles de ingresos.
Así como buenas condiciones de habitabilidad, respetando un tamaño mínimo, con protección frente al frío, calor, lluvia, viento u otras amenazas a la salud, riesgos estructurales y sensibilidad a enfermedades; acceso preferente a la vivienda para grupos en situación de vulnerabilidad o discriminación; Ubicación adecuada, con acceso a médicos y hospitales, escuelas, guarderías y transporte, en áreas urbanas o rurales.
Finalmente adecuación cultural, construida con materiales, estructuras y disposición espacial que viabilicen la expresión cultural y la diversidad de los distintos individuos y grupos que la habitan.