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Escocia busca despenalizar la posesión de drogas

El gobierno escocés propuso despenalizar la posesión de todas las drogas para uso personal y así atacar una de las tasas de muerte por sobredosis más altas de Europa.

La sugerencia fue bloqueada casi al instante por el gobierno conservador del Reino Unido en Londres, que señaló que “no hay planes” para suavizar la ley antidrogas.

El gobierno semiautónomo de Edimburgo, dirigido por el Partido Nacional escocés proindependentista, subrayó el viernes que eliminar las sanciones penales por posesión de drogas “permitirá la prestación de servicios de reducción de daños seguros y basados en pruebas”.

La tasa de muertes por sobredosis en Escocia es tres veces mayor que la tasa total del Reino Unido y la más alta en Europa occidental. El año pasado, hubo casi 1,100 muertes relacionadas con drogas en Escocia, que tiene 5.5 millones de habitantes, según cifras oficiales.

“La guerra contra las drogas ha fracasado”, dijo la ministra antidrogas escocesa Elena Whitham en conferencia de prensa conjunta con la primera ministra de Nueva Zelanda Helen Clark y la expresidenta suiza Ruth Dreifuss, ambas defensoras de una reforma a las leyes contra las drogas.

“Nuestra actual ley antidrogas no evita que personas consuman drogas, no evita que personas experimenten el daño asociado y, de forma crítica, no evita que personas mueran”, sostuvo Whitham.

Según el gobierno escocés, la despenalización liberará a “individuos del temor de acceder a tratamiento y apoyo, lo que reducirá daños relacionados con las drogas y, finalmente, mejorará vidas”. Mencionó el ejemplo de Portugal, que eliminó las sanciones penales para la posesión de drogas hace más de dos décadas y se enfocó en el tratamiento.

Whitham dijo que el gobierno también busca cambiar la ley para crear salas de consumo supervisado de drogas y considerará introducir un suministro de drogas regulado.

Añadió que la crisis empeorará sin un cambio radical y que Escocia “enfrenta el ojo de una tormenta en cuanto a opioides sintéticos y benzodiazepinas callejeras nuevas y novedosas que se dirigen hacia nuestras costas”.

“Si no estamos preparados para la llegada de eso, con leyes antidrogas del siglo XXI vigentes, me aterroriza lo que podría resultar”, afirmó.