Abasto de la CDMX: Mayores riesgos a la salud por agua profunda
La sobreexplotación del acuífero ha acelerado que el nivel del agua del subsuelo descienda en razón de 1.6 a 1.9 metros por año
En la ciudad, 60% del agua que abastece a sus habitantes proviene de una red de 470 pozos que existen en la capital, sin embargo, ésta cada vez más será extraída a mayor profundidad, lo que puede generar riesgos a la salud, pues podría contener metales pesados, como arsénico, cromo, plomo, fluoruro, selenio y fierro.
Ello porque la sobreexplotación del acuífero del Valle de México ha acelerado que el nivel del agua del subsuelo descienda en razón de 1.6 a 1.9 metros por año, detalló Carlos Vargas Cabrera, director académico del Centro para la Sustentabilidad de la Sierra Nevada Incalli Ixcahuicopa (Centli).
«La calidad del agua es proporcional a la profundidad de donde se extrae, es decir, a mayor profundidad la temperatura del agua es mayor —de hasta 48 grados centígrados— por lo que tiene mayor capacidad para disolver sustancias, sales o metales pesados, que son incorporados al cuerpo acuoso”, dijo.
Agregó que el agua subterránea está entre rocas volcánicas, que “son ricas en fierro, entre otros metales pesados (…) Lo hemos estado documentando a través del monitoreo que se ha hecho en diferentes épocas”, dijo.
El especialista detalló que a principios del siglo XX se extraía el agua a 40 metros de profundidad, mientras que a inicio del siglo XXI, la disminución en el flujo, derivado de la sobreexplotación del acuífero, llevó a hacer perforaciones de dos mil metros de profundidad.
Selene Olea, doctora en Ciencias de la Tierra e investigadora del Instituto de Geología de la Universidad Nacional Autónoma de México, consideró que esa agua “tiene más de 15 mil años de antigüedad, tiempo en el que ha estado en contacto con las rocas y con los minerales que tienen estas rocas. La alta temperatura a la que se encuentra esta agua de manera natural va disolviendo esos minerales y se incorporan al agua.
«Estos elementos pueden ser dañinos para la población si sobrepasan ciertos límites”.
Actualmente, la práctica de extracción a más de dos mil metros de profundidad se da en los pozos San Lorenzo Tezonco y Santa Catarina 3, desde donde se bombean, en conjunto, 140 litros por segundo, los cuales se destinan para abastecer colonias de Iztapalapa, así como del Ajusco Medio y zonas de Padierna, en la alcaldía Tlalpan, detalló.
Su descubrimiento ocurrió por exploraciones que se realizaron tras el terremoto de 1985 para conocer la respuesta sísmica del subsuelo, lo que ayudó a abrir las posibilidades sobre otras fuentes de agua, dijo Olea.
En el año 2000, el entonces Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex), en coordinación con investigadores del Instituto de Geología de la UNAM y apoyados con equipo de Petróleos Mexicanos perforó cinco pozos en Iztapalapa, determinado la viabilidad en el de San Lorenzo Tezonco, que empezó a operar en el 2013, y el de Santa Catarina 3, en 2017.
Desde su puesta en marcha se detectaron inconvenientes respecto a la calidad del agua, que contenía elementos que sobrepasaban la NOM 127, indicó Olea.
«Se trata de elementos como el aluminio, el arsénico, el hierro, el magnesio. Además de boro, que no está normado en México, pero sí a nivel internacional. Ahí también lo sobrepasamos”, dijo.
La presencia de estos elementos obligó a Sacmex a “trasladar el caudal de estos pozos profundos a una planta potabilizadora ubicada en la colonia Agrícola Oriental, para darle un tratamiento antes de incorporarla a la red primaria”, detalló la especialista.
«El agua que se extrae a grandes profundidades, debe mezclarse con agua que no tiene esas concentraciones. Al diluirse ya no estamos arriba de la norma y el agua puede distribuirse en la población”.
Sin embargo, remarcó que si el agua contiene por lo menos uno contaminante, “ya no cumple con la norma”, por lo que en la ciudad “el agua no se puede beber directo de la llave, como en otros países, porque aquí tenemos mezclas de 20 mil cosas”.
SGIRPC: NUNCA HUBO AMENAZA
El diésel contenido en el agua potable proveniente del pozo Alfonso XIII y suministrada en colonias de la alcaldía Benito Juárez nunca significó riesgo para la población, aseguró ayer la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil (SGIRPC).
«La cantidad de la sustancia detectada nunca representó un riesgo para la salud, puesto que su concentración era mínima”, agregó la dependencia en un mensaje en su cuenta de X, en donde no menciona la palabra “diésel” sino que se refiere únicamente a “la sustancia”.
El 15 de mayo pasado, la titular de la SGIRPC, Myriam Urzúa, indicó expresamente que se halló diésel degradado en el pozo que fue clausurado definitivamente en la alcaldía Álvaro Obregón.
Ayer, cerca de las 13:30 horas, en su mensaje en la red social la SGIRPC agregó que la “sustancia” tenía una antigüedad de más de 40 años.
«Por el alto contenido de azufre que se identificó en la sustancia, se concluyó que había sido producida hace más de 40 años. Esto, debido a que el contenido de partículas por millón era mucho más elevado en comparación con lo que en actualidad se produce”, indicó.