Un nuevo enfoque para una «vieja urgencia» en el Metro CDMX
El Sistema de Transporte Colectivo Metro ha enfrentado, durante años, una creciente presión: mantenimiento diferido, sobrecarga operativa e incidentes recurrentes.
El Sistema de Transporte Colectivo Metro ha enfrentado, durante años, una creciente presión: mantenimiento diferido, sobrecarga operativa, incidentes recurrentes y una percepción pública cada vez más crítica. En ese contexto, la llegada de Adrián Rubalcava a una posición de liderazgo estratégico dentro del sistema representa un movimiento que vale la pena observar con atención.
Su nombramiento, impulsado por la Jefa de Gobierno Clara Brugada, no es menor. Rompe con la tendencia de colocar perfiles meramente administrativos o políticos sin experiencia operativa relevante. Rubalcava llega con antecedentes que, al menos en su paso por la administración pública local, muestran una capacidad de ejecución y de manejo territorial —particularmente en seguridad— que lo distinguen en el panorama capitalino.
En Cuajimalpa, donde fue alcalde, los indicadores de seguridad mejoraron de forma sostenida. Y si bien ningún contexto es completamente extrapolable, hay elementos de gestión, coordinación interinstitucional y seguimiento técnico que podrían traducirse positivamente en el Metro.
Los primeros pasos ya comenzaron: se han reforzado algunos operativos de seguridad, se han iniciado auditorías técnicas, y se ha abierto una ruta de colaboración más directa con sindicatos y equipos operativos. Aún es pronto para hacer evaluaciones concluyentes, pero el enfoque parece distinto.
¿Qué necesita el Metro CDMX?
Más allá de nombres y cargos, lo relevante será medir resultados. El Metro no necesita discursos optimistas, sino una estrategia clara, presupuestos bien aplicados y una rendición de cuentas transparente. Si Rubalcava logra mantener una visión técnica por encima de la presión política, podría iniciarse un proceso de recuperación más serio del sistema.
El tiempo dirá si este es un punto de inflexión o simplemente otro episodio dentro de un largo ciclo de intentos fallidos. Lo que es claro es que, hoy, hay un nuevo actor al frente, y una ciudadanía que ya no espera promesas, sino soluciones.